FORJA:
un nacionalismo democrático-popular-latinoamericano y anti-imperialista para un
país semi-colonial. Por Juan Godoy*
“el drama de la
Patria enfrenta dos personajes solamente: el pueblo encadenado y la finanza
imperialista. Lo demás no cuenta. Cuando están en juego los destinos de un
pueblo, toda reclamación particular perturba y divide”
Cuaderno de FORJA Nº
5. En Jaramillo, Ana (Comp.). (2012). Cuadernos
de FORJA (re-edición facsimilar). Buenos Aires: Ediciones de la
UNLA/Colección Pensamiento Nacional, página 229.
Apuntes sobre el
nacionalismo en los países semi-coloniales
Juan José Hernández Arregui sostiene que el término
nacionalismo no es unívoco, y realiza una diferenciación
de los nacionalismos en los países desarrollados, de los nacionalismos en los
países denominados del “tercer mundo”. Resaltamos que el autor de Imperialismo
y cultura, está teniendo en cuenta la existencia de una cuestión nacional
irresuelta, y está abordando el tema desde la perspectiva de los países
coloniales, semi-coloniales, u oprimidos. Al mismo tiempo Arregui pone de
relevancia la importancia de dar cuenta acerca de cuál es el sector social que lo
proclama o rechaza.
A
partir de esto, define un nacionalismo
defensivo y uno expansivo. Pone
de relevancia aquí que los países centrales en un comienzo fueron nacionalistas
defensivos, para una vez desarrollados convertirse en expansivos (no debe
confundirse este nacionalismo defensivo de los países centrales con el
nacionalismo de, por ejemplo, Yrigoyen que no propugna el desarrollo
industrial). Asimismo diferencia un nacionalismo
reaccionario de un nacionalismo popular
o revolucionario. Destaca que el nacionalismo
reaccionario, en su mayoría, va a buscar soluciones basándose en esquemas
europeos. El nacionalismo popular o revolucionario
de los países atrasados aparece como lucha por la libertad. Argumenta que los
nacionalismos en los países de Latinoamérica no deben ceñirse a la conservación
de naciones segregadas, sino que deben tender a restablecer una totalidad más
amplia (no en el sentido expansivo), restablecer la patria grande. [1]
Está en juego aquí entonces la condición semi-colonial de la argentina. Este
nacionalismo es, por definición, anti-imperialista, lucha por la soberanía
plena de la nación.
Partimos de estas consideraciones de
Hernández Arregui, quien además considera a FORJA
como un movimiento que contribuye a la formación de la conciencia nacional, que
es la lucha por la liberación nacional[2], para afirmar que
el nacionalismo forjista, se enmarca
dentro de la categoría que desarrolla dicho autor de nacionalismo popular o revolucionario. ¿Qué es lo que nos permite
realizar tal aseveración?, es lo que pretendemos dilucidar en estas líneas.
El nacionalismo
popular-revolucionario emerge desde el subsuelo de la patria
FORJA surge en los años que José
Luis Torres denomina como Década Infame,[3] y que Enrique Santos Discépolo
cristalizara en sus tangos. Años de miseria, desigualdad, entrega de la nación
al imperialismo británico, José María Rosa afirma que “no había dinero, no había trabajo, no había siquiera comida. Tanto en
la ciudad como en el campo”.[4] Precisamente, emerge desde un sótano de
la calle Corrientes (luego se traslada a uno de la calle Lavalle), un 29 de
junio de 1935. Surge una vez que el alvearismo claudicante de por terminada, en
diciembre de 1934 la abstención revolucionaria, dando legitimidad al fraude
electoral y al Pacto Roca-Runciman (denominado por el forjismo como Estatuto
Legal del Coloniaje). Impugna con sus denuncias los gobiernos fraudulentos de
los años infames, a la oligarquía local y su alianza con el imperialismo
británico (el que realmente tenía injerencia en nuestro país[5]).
Desde
ese sótano, un puñado de muchachos que con el correr de los años crece significativamente,
echan a rodar por la patria a través de miles de volantes, miles discursos
callejeros, gran cantidad publicaciones (a veces consistían en unas 3 hojitas,
que de todas formas tenían un gran potencial, y otras veces diarios con grandes
tiradas como el marplatense “La Víspera”[6]),
y/o los 13 Cuadernos de FORJA. Ideas que van al “hueso” de la dominación
imperialista en nuestro país, y que construyen un ideario que los alejará del
radicalismo yrigoyenista (del cual provenían, en el año 1940 no será más
obligatoria la afiliación radical para la forjista), al mismo tiempo que del
nacionalismo reaccionario, e influirán en forma indirecta; por las ideas que
incorporan al ideario político argentino; y en forma directa, por ejemplo, por
las charlas prácticamente diarias de Jauretche con Juan Perón entre mediados de
1943 y mediados de 1944[7],
en el nacimiento del peronismo[8].
Las
ideas que habían germinado por lo bajo, partiendo desde un subsuelo, aflorarán
en el subsuelo de la patria que se subleva y cambia el rumbo de la historia en
octubre de 1945. Este ideario conforma un nacionalismo popular o revolucionario
tal cual lo caracterizamos. Entremos entonces lector a reseñar algunas de las
ideas en torno a la política, la economía y la cultura de la agrupación.
Con
relación a la cuestión política, FORJA basó su posición, en lo que denominó
como una posición nacional[9].
Parte de la consideración de la necesidad de “mirar el mundo desde aquí”,
abordar la realidad Argentina con “ojos argentinos”, es decir no importar
acríticamente modelos e ideas realizadas en otros países y en otros tiempos. Se
trata de “dirigir
el pensamiento nacional hacia los hechos concretos y sus implicancias
económicas sociales y culturales propias, para tratar de contribuir a la
elaboración de un pensamiento propio”[10]. Se lanza así
el forjismo a construir sus propias herramientas de análisis y acción política.
Esta posición se encuentra más allá de lo meramente partidario, se funde con
los intereses nacionales, que en el forjismo son los intereses populares.
Concibe la existencia de una cuestión nacional a resolver. En una declaración
de FORJA afirman: “hacer la nación: esa
es nuestra tarea y traición es todo lo que se le oponga… Es necesario unirse
bajo la gran bandera de la causa argentina frente al régimen, alternativamente
democrático o fascista, de los entregadores. (…) Las nuevas generaciones como la de mayo, tienen un deber emancipador
que cumplir”[11]. En
palabras de Arturo Jauretche FORJA “comprende
oportunamente que su tarea fundamental es aportar al pensamiento argentino el
método y los modos de conocer nuestra realidad y señalar los rumbos necesarios
de una política nacional”[12]
La emancipación
que propone FORJA es una emancipación
integral, no puede haber soluciones parciales. La salida a la sumisión al
imperialismo es romper con la situación estructural de la dependencia. En un
volante de la agrupación argumentan al respecto que “la restauración argentina sólo podrá cumplirse sobre
la base de la soberanía popular, la emancipación económica y el imperio de
la justicia (…), en el territorio
más rico de la tierra, vive un pueblo pobre, mal nutrido y con salarios de
hambre. Hasta que los argentinos no recuperemos para la nación y el Pueblo, el dominio de nuestras riquezas, no seremos una Nación soberana, ni un pueblo feliz”.[13] El desarrollo nacional, y la justicia social, son
condiciones necesarias para la liberación nacional. Se trata de la unidad
vertical de todos los sectores enfrentados el imperialismo y la oligarquía.
Esta
posición nacional, en realidad, es una posición nacional-latinoamericana, que
busca integrar las luchas por la liberación de las diferentes naciones
latinoamericanas[14]. La
lucha por la emancipación nacional en nuestro país es un capítulo de la lucha
por la emancipación de la patria grande. Los forjistas afirman: “sostenemos la necesidad de instaurar la
unión efectiva de las naciones de América para realizar los actos fundamentales
de su emancipación, imposible mientras perdure la desarticulación a que han
sido conducidas por la influencia continua de los factores antiamericanos que
rigen su política, su escuela, su milicia, su vida religiosa, su comercio y su
prensa”[15]. La
lucha debe ser conjunta, pues “olvidar el
problema de los otros es traicionar su propio problema, porque la expoliación
sube como una gangrena por el cuerpo americano”.[16] Esta posición nacional-latinoamericana le
permitirá por ejemplo cuando las banderas yrigoyenistas estén agotadas, y surja
otro movimiento nacional que las levante, a saber: el peronismo, desintegrarse
para sumarse al mismo; o bien, sostener una posición neutral ante la Segunda
Guerra Mundial[17].
Decíamos
que FORJA da a conocer en septiembre de 1935 el Manifiesto al Pueblo de la República, allí denuncia profundamente
la injerencia del imperialismo británico en nuestro país, y la complicidad de
la oligarquía local en la entrega de la nación a las “garras imperiales”. En el
Manifiesto, como en otros escritos y discursos, los forjistas ponen en
consideración cuestiones acerca de la economía nacional que nos permiten
sostener su nacionalismo también en ese aspecto. Veamos…
En dicho Manifiesto los forjistas dan
cuenta que desde el 6 de septiembre del ’30, y sobre todo desde la asunción de
Justo en 1932, la oligarquía avanza de forma sistemática en la anulación de la
soberanía argentina, en el sometimiento de nuestro país al imperialismo
británico, así sostienen “todos los
aspectos de la vida nacional que se pasa a examinar, demuestran que ya se ha
impuesto a la República una tiranía económica, ejercida en beneficio propio por
capitalistas extranjeros a quienes se han dado derechos y bienes de la Nación
Argentina”[18].
Denuncian allí al Banco Central Mixto, que es diseñado por y para los
británicos (tiene mayoría el capital privado –británico-); al Instituto
Movilizador de Inversiones Bancarias, que salva las deudas de los hacendados; a
la ley de coordinación de transporte, que monopoliza el transporte a favor de
los británicos, y otras medidas ignominiosas para la nación. Este manifiesto,
en palabras de Norberto Galasso, resume “la
posición nacional-democrática de FORJA. Aquel nacionalismo agrario de Yrigoyen,
ideológicamente ambiguo y nebuloso, alcanza ahora en FORJA un nivel más alto de
desarrollo. Así la pequeña burguesía nacionalista, por ahora solo de la ciudad
de Buenos Aires, levanta un programa anti-imperialista, anti-oligárquico y
latinoamericano, muy similar al aprismo peruano”.[19]
En
el aspecto económico es analizada la deuda externa
como un mecanismo de encadenamiento, como una forma de no permitir el
desarrollo pleno de las fuerzas productivas del país, de modo de mantenerlo en
un “primitivismo agropecuario”. Endeudará entonces de modo que los países
deudores, al no poder hacer frente a los pagos, sean “permeables” a diferentes
condicionamientos. Al mismo tiempo la deuda será un factor que comience a
“pesar” sobre las naciones del “tercer mundo”, gran parte de sus ingresos
deberán ser destinados al pago de los intereses de la deuda, lo cual trae
aparejados numerosos problemas, y cuanto más adeude, y “deba pagar”, más
problemas tendrá. La deuda así actúa también impidiendo el desarrollo nacional.
Es parte de la estrategia del imperialismo de sometimiento. Asume Scalabrini
Ortíz, sobre todo, esta denuncia. Realiza una historia de la deuda desde el
vergonzoso empréstito Baring Brothers de los tiempos de Bernardino Rivadavia.
Luego de producidos los procesos de emancipación con respecto a España de
nuestro país, Gran Bretaña procura reemplazar a la metrópoli ibérica, y dominar
los “nuevos territorios libres”. Fracasados los intentos por la fuerza,
utilizará otros mecanismos[20]. La deuda es fundamental
para esta dominación, en un cuaderno de FORJA establecen que “el único resultado visible y comprobable del
empréstito fue el de retener el desarrollo de los pueblos, que es posiblemente
el objetivo primordial de la diplomacia inglesa: detener el progreso de los
pueblos”.[21]
En este mantenimiento en el primitivismo agropecuario, en seguir
siendo un “paisito” agroexportador y no desarrollarse en toda su plenitud, es
de suma importancia resaltar el papel que le otorgan los forjistas,
especialmente Scalabrini Ortíz, a la cuestión de los ferrocarriles. Scalabrini
resalta que “como toda creación humana,
el ferrocarril tuvo su reverso antipático y pernicioso. Fue un pérfido
instrumento de dominación y de sojuzgamiento de una eficacia sólo comparable
con la sutileza casi indenunciable de su acción (…) fue el mecanismo esencial
de esa política de dominación mansa y de explotación sutil que se ha llamado
imperialismo económico”.[22]
Enjuicia el autor de Política británica en el Río de la Plata la
idea que los ferrocarriles argentinos fueran desarrollados por los ingleses.
Son capitales y esfuerzo argentino el que los desarrolla, que los británicos
con argucias, corrupción, etc. logren hacerse del dominio, y que sean trazados
bajo su injerencia es “otro cantar”. Demuestra la política de tarifas aplicada por los ferrocarriles que fomenta o
destruye regiones, pueblos e industrias según su interés. Pone de relevancia
también el trazado en abanico hacia
el puerto de Buenos Aires, en una conferencia con estudiantes Scalabrini
comenta: “Si se mira el mapa de la
República, la vasta extensión aparece como parcelada bajo una intrincada red de
líneas férreas que forman una malla muy
semejante a una tela de araña. Esa impresión visual es una representación muy
exacta de la verdad. La República Argentina es una inmensa mosca que está
atrapada e inmovilizada en las redes de la dominación ferroviaria inglesa”.[23]
Actúan como un factor fundamental del anti-progreso. En fin, se trata, como
dijimos, de una política sistematizada para mantenernos en el primitivismo agropecuario.
Los forjistas propugnan romper con este orden semi-colonial, procuran el
desarrollo industrial de la nación.
Esta estructura económica dependiente se corresponde con una superestructura cultural de colonización
pedagógica. Ingresamos así al último aspecto del nacionalismo de FORJA que
queremos reseñar, a saber: el cultural. Jauretche cuenta al respecto que: “Desentrañando la trama de nuestro coloniaje
económico, que fue nuestra primer tarea, descubrimos que él se asentaba sobre
el coloniaje cultural. Descubrimos, también, que ambos coloniajes se
apuntalaban y conformaban recíprocamente, pero que si el coloniaje económico
daba los puntos de apoyo al cultural, éste era a su vez la forma de penetración
y de estabilización de aquel. ¡La traición de la inteligencia! Esa es la
primera en el orden de las culpas y la primera que debíamos evitar”.[24]
En este punto resaltamos la importancia dada por el forjismo a la revisión de nuestra historia. El
historiador Norberto Galasso considera que los estudios forjistas dan lugar a
la caracterización de los mismos como una corriente historiográfica en sí[25]. Esta corriente pregona
un revisionismo nacional, democrático, popular y latinoamericano. La historia
aparece entonces como política del pasado,
y la política como historia del presente. Se trata de
“desarticular” la historiografía oficial, europeísta, enciclopedista, con sus
próceres de bronce, y su “zoncera madre” civilización
y barbarie. Afirma FORJA que “la historia oficial argentina es una obra de
imaginación en que los hechos han sido consciente y deliberadamente deformados,
falseados y concadenados de acuerdo a un plan preconcebido que tiende a
disimular la obra de intriga cumplida por la diplomacia inglesa”[26].
Para finalizar, como pudimos observar a lo largo de nuestro
trabajo, FORJA construyó con su lucha un nacionalismo diferente al del
yrigoyenismo, que era defensivo, y no pretendía la industrialización, como
asimismo se distanció del nacionalismo reaccionario de los primeros años 30’s.
Así, en plena oscuridad de la década infame, profundizando estas dos tendencias
contribuyó a la conformación de un ideario nacional que influyó en el
nacionalismo popular profesado por el peronismo. Fue un jalón en la
conformación de nuestra conciencia nacional. Fue una tarea ardua la del
forjismo, tuvo sus frutos que maduraron a lo largo de una década, crecieron
desde el pie como dice un compositor uruguayo. No obstante la lucha desigual
contra el imperialismo y la oligarquía por la emancipación nacional en el
ostracismo de la década infame, los forjistas no se resignaban y militaban las
veinticuatro horas de todos los días, porque “Luchar
es, en cierta manera, sinónimo de vivir. Se lucha con la gleba para extraer un
puñado de trigo. Se lucha con el mar para transportar de un extremo al otro del
planeta mercaderías y ansiedades. Se lucha con la pluma. Se lucha con la espada
y el fusil. El que no lucha se estanca, como el agua. El que se estanca se
pudre. Estamos aquí, bajo el nivel de la tierra, como una semilla”.[27]
* El autor es
Licenciado en sociología de la Universidad de Buenos Aires (UBA).
Profesor de sociología de la Universidad de
Buenos Aires (UBA).
Docente de la Universidad Nacional Arturo
Jauretche (UNAJ)
Docente de la Universidad Popular Madres de
Plaza de Mayo (UPMPM)
Docente de la Universidad Nacional de Lanús
(UNLa)
Becario de la Comisión de Investigaciones Científicas
de la Provincia de Buenos Aires (CIC)
Responsable del Área de Historia Nacional e
Intelectuales del Centro de Estudios Hernández Arregui (CEHA)
Correo electrónico: Juanestebangodoy@hotmail.com
[1] Hernández Arregui, Juan José.
(2004). Nacionalismo y liberación.
Buenos Aires: Peña Lillo (Continente).
[2] Hernández Arregui, Juan
José. (2004b). La formación de la
conciencia nacional. Buenos Aires: Peña Lillo (Continente).
[3] Torres, José Luis. (1973). La década infame. 1930-1940. Buenos
Aires: Freeland. Hemos tratado la relación de FORJA con los años infames en
otro trabajo, a saber: FORJA, la impugnación de los años infames. Presentado en las VII Jornadas de Jóvenes Investigadores
del Instituto Gino Germani. Disponible online.
[4] Rosa, José María. (1980). Historia Argentina. Orígenes de la Argentina
contemporánea. Década infame (1932-1943). Tomo 12. Buenos Aires: Oriente,
página 14.
[5] Hernández Arregui sostiene que
FORJA realiza la primera denuncia profunda y sistemática del imperialismo
británico en nuestro país. Hernández Arregui, Juan José. (2004). La formación de la conciencia nacional.
Buenos Aires: Peña Lillo (Continente). Hemos tratado la denuncia de FORJA a
partir del Manifiesto al Pueblo de la República (2 de septiembre de 1935), en: FORJA, y su denuncia al imperialismo
británico en el Manifiesto al Pueblo de la República. Especial por el
aniversario de la fundación de FORJA. Disponible en elortiba.org. 29 de junio
2012.
[6] García, Delia María. (2007). FORJA en los orígenes del peronismo. En
AA.VV. (2007). FORJA, 70 años de
pensamiento nacional. Tomo II. Buenos Aires: Corporación Buenos Aires Sur.
[7] Scenna, Miguel Ángel. (1983). FORJA. Una aventura argentina (de Yrigoyen a Perón). Buenos Aires:
Editorial de Belgrano
[8] Tratamos profundamente este tema en
La FORJA de un puente entre dos
movimientos nacionales. La Fuerza de Orientación Radical de la Joven Argentina
(FORJA), eje entre el yrigoyenismo y peronismo. II Congreso de Pensamiento
Político Latinoamericano, desarrollado conjuntamente por el Centro de
Investigaciones en Pensamiento Político Latinoamericano (CIPPLA), y la
Universidad Popular Madres de Plaza de Mayo (UPMPM).
[9] Hemos tratado la cuestión de la
posición nacional de FORJA en forma más profunda en: La posición nacional en FORJA. Enero 2013. Cuadernos Centro de
Estudios Hernández Arregui.
[10] Jauretche, Arturo. (1976). Forja y la década infame. Con un apéndice de
manifiestos, declaraciones y textos volantes. Buenos Aires: Peña Lillo,
página 68.
[11] Declaración de FORJA. 18-9-1942.
Citado en Galasso, Norberto. (2003). Jauretche
y su época. De Yrigoyen a Perón, 1901-1955. Tomo I. Buenos Aires:
Corregidor, páginas 411-412.
[12] Jauretche, Arturo. Jauretche,
Arturo. (1976). Op. Cit., página 29.
[13] Galasso, Norberto. (2003). Op.
Cit., página 289. Subrayados nuestros.
[14] Hemos tratado más profundamente
esta cuestión en La FORJA de una posición
nacional-latinoamericana y el papel de la cuestión nacional en el forjismo. X
Jornadas de sociología de la UBA. 20 años de pensar y repensar la sociología.
También lo tratamos la cuestión latinoamericana en La unión latinoamericana en el ideario forjista. Febrero 2013.
Cuadernos Centro de Estudios Hernández Arregui.
[15] Cuaderno
de FORJA Nº 10-11-12 (publicados conjuntamente en la edición original).En
Jaramillo, Ana (Comp.). (2012). Cuadernos
de FORJA. Buenos Aires: Ediciones de la UNLA/Colección Pensamiento Nacional, página 381.
[16] Cuaderno
de FORJA Nº 1. En ibídem, página
31.
[17] Tratamos la posición adoptada por
FORJA en la segunda contienda mundial en: El neutralismo de FORJA ante la Segunda Guerra Mundial.
Disponible en elortiba.org., agosto de 2013.
[18] Manifiesto
al Pueblo de la República, 2 de septiembre de 1935. Reproducido en Cuaderno de FORJA Nº 10, 11 y 12.
Noviembre de 1939. En Jaramillo, Ana (Comp.). (2012). Op. Cit., página 403.
[19] Galasso, Norberto. (2008). Vida de
Scalabrini Ortíz. Buenos Aires: Colihue, página 188.
[20] Uno de esos intentos es la invasión
inglesa 1806-1807. Abordamos en otro trabajo las consideraciones de FORJA al
respecto, a saber: FORJA, la invasión
inglesa y nuestras Islas Malvinas. Denuncias para la soberanía nacional. Agosto
2012. Disponible en
nomeolvidesorg.com.ar
[21] Cuaderno de FORJA Nº 6
y 7. En Cuadernos de Fuerza de
orientación radical de la joven argentina (FORJA). Re-edición facsimilar.
Jaramillo, Ana (Comp.). (2012). Op. Cit., página 333.
[22] Scalabrini Ortíz, Raúl.
(2006). Historia de los ferrocarriles
argentinos. Con un apéndice de la Ley Mitre. Buenos Aires: Lancelot, página 22.
[23] Scalabrini Ortíz, Raúl.
(1937). Los ferrocarriles, factor
primordial de la independencia nacional (conferencia del 16/6/37). Buenos
Aires: F.U. Centro de Estudiantes de Ingeniería (La Plata), página 6.
Subrayados son nuestros.
[24] Jauretche. Discurso 29-6-42. En Galasso, Norberto.
(2003). Op. Cit., pagina 312.
[25] Galasso, Norberto. (2011). Historia de la Argentina. Desde los pueblos
originarios hasta el tiempo de los Kirchner. Tomo I. Buenos Aires: Colihue.
[26] Conferencia
FORJA 1937. Reproducido en Scalabrini Ortíz, Raúl. (2001). Op. Cit., página
228.
[27] Cuaderno de FORJA Nº 4. En Cuadernos de Fuerza de orientación radical
de la joven argentina (FORJA). Re-edición facsimilar. Jaramillo, Ana
(Comp.). (2012). Op. Cit., página 181.
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