Fidel ya no
puede morir. Consiguió la eternidad forjando una revolución imposible, una
dignidad perdida, una soberanía burlada.
El pasado
25 de noviembre, Fidel emprendió su viaje a la inmortalidad. Los pueblos
oprimidos del mundo se enlutaron por aquel líder que desafió los límites de un
sistema injusto, que hizo realidad la posibilidad de una organización social,
económica y cultural diferente, dónde el ser humano ocupe el lugar central.
Hasta con
su propia vida resistió los ataques del Imperio más grande que haya existido.
Cuentan más de 600 atentados contra su persona por parte de los E.E.U.U.
Sus restos recorrieron
toda la Isla durante el funeral, haciendo el recorrido inverso al realizado
cuando triunfó la Revolución: De La Habana a Santiago de Cuba. Era posible ver
en el trayecto hasta el último cubano y la última cubana volcados a la calle.
Eran millones. Allí vive Fidel hoy y vivirá por siempre. Difícil cuantificar la
dignidad: cuántos de ellos fueron alfabetizados, cuántos curados, cuántos
egresaron de la Universidad, cuántos alimentados, cuántos integrados a una
sociedad que dejó de excluir para beneficios de unos pocos.
Fidel es un
gigante en una pequeña isla que partió el siglo XX como un rayo. Acompañó cada
proceso de transformación social, porque entendía como San Martín, Bolívar y
José Martí que la emancipación definitiva vendría de la mano de la unidad
negada de nuestros países latinoamericanos.
Su huella
es indeleble, su legado inconmensurable.
¿Cómo era
Cuba antes de Fidel y la Revolución?
Cuba
perteneció a la Corona Española durante el periodo colonial. Recién inició el
camino hacia su independencia durante el periodo 1868-1878, periodo en el cual
se desarrolló la Guerra de los 10 años, llevada a cabo por hacendados que no resultaban
beneficiados dentro de su posición en la estructura económica colonial. Las
figuras notables de este periodo fueron Carlos Manuel de Céspedes, Máximo Gómez
y los hermanos Maceo.
Luchaban
por una independencia gradual de España y la abolición de la esclavitud con
indemnización a los propietarios. Al finalizar la guerra se firmó un acuerdo
que ni garantizaba la independencia cubana ni abolía la esclavitud.
Tuvieron
que pasar casi 20 años para que se librara nuevamente una guerra por la
emancipación liderada por José Martí, pieza fundamental como intelectual de la
revolución y los antiguos combatientes Máximo Gómez y Antonio Maceo.
Finalizando
el Siglo XIX, el mundo ingresa en la etapa imperialista del capitalismo, y
Centroamérica se convierte en una codiciada tierra para E.E.U.U. Se crean
verdaderas economías de enclave en la región, donde las corporaciones se
adueñan de la vida económica y política de cada porción del territorio. Manejan
su propia moneda, sus propios puertos, trenes, controlan el Congreso y hasta
ponen y sacan Presidentes.
Cuba no es
ajena a esta situación, y se encontraba además luchando por su emancipación.
Desgraciadamente
José Martí cae en combate el 19 de mayo de 1895, y para el año 1898, E.E.U.U
que ya influye fuertemente en el mapa, le declara la guerra a España para apropiarse
de la Isla.
Máximo
Gómez termina por entregar las armas a cambio de una indemnización a los
norteamericanos una vez vencida España en la Guerra. Cuba se convierte entonces
en un protectorado yanqui. Al caer derrotada España , pierde también Puerto
Rico, que quedará bajo dominio colonial estadounidense.
El periodo
que se abrió entonces es de absoluta ignominia para Cuba, que pasó a ser
conocida como el “prostíbulo” norteamericano. Una vasta red de casinos,
proxenetas y servicios al turista gringo se instala en las ciudades, mientras
que la oligarquía latifundista genera
hambre y pobreza en el campo.
El Dictador
Fulgencio Batista es producto de este periodo. Surgido de las fuerzas de
ocupación yanquis llegó a ejercer la presidencia, en primer término como
expresión de las revueltas populares contra el régimen de Machado, corrupto y
servil. Pero más tarde, se convirtió en un tirano déspota y lacayo de los
intereses norteamericanos.
La figura
de Fidel en la Revolución
Fidel asoma
a la vida política de Cuba en la oposición a la dictadura de Batista. Nacido en
Biran, un pueblo de la provincia oriental de Holguín e hijo de terratenientes,
estudió en Derecho en la Universidad de La Habana. Allí es dónde se erigió como
dirigente estudiantil.
Para 1953,
Fidel Castro ya había reclutado hombres y armas por toda la isla, dispuesto a
derrocar a Batista. Ocurrió entonces, el 26 de julio, el asalto al cuartel
Moncada, que aunque fallido fue la antesala de lo que ocurriría años más tarde.
A Fidel le valió el enjuiciamiento, cuya defensa fue el famoso documento “la
historia me absolverá”, y el exilio; a muchos de sus compañeros la vida.
Ya en
México, organiza el Movimiento 26 de julio y la expedición en el yate Gramma,
que en 1956 logra pisar suelo cubano. En 1957, fue atacado el palacio de gobierno de manera
frustrada y la guerrilla instaló su cuartel general en la Sierra Maestra desde
dónde Fidel comanda la guerra revolucionaria contra la dictadura.
Fidel
Castro fue, antes que nada, un excepcional líder político. Es común escuchar
que la revolución cubana fue un triunfo de tipo militar. Lo fue también, pero
fundamentalmente fue un triunfo político, dónde la figura de Fidel logra
sintetizar y expresar todas las fuerzas de descontento contra Batista, en todo
el espectro político, incluso en la
derecha.
La historia
de los procesos de transformación social latinoamericanos le escapan a los
manuales de la izquierda internacionalista, Cuba no es la excepción: Son
pluriclasistas, inorgánicos, heterogéneos en su composición ideológica. En Cuba
se conformó un gran Frente Nacional opositor a los intereses de la oligarquía
servil. Lo notable de la conducción de Fidel Castro es lo inclaudicable de sus
posicionamientos populares. Logró sortear los embates de la derecha que intentó
hacerse del triunfo popular y llevar adelante un programa integral para la
liberación nacional. Así, sin titubeos, la liberación nacional fue para Cuba en
1959 y para toda América Latina hasta nuestros días una palabra urgente. No hay
maquillaje en el lenguaje que pueda con ella.
El programa
revolucionario expropió para el pueblo cubano las empresas norteamericanas de
servicios, de comunicaciones y refinerías. En respuesta, EEUU invadió la isla fallidamente
a través de Bahía de Cochinos. Realizó además dos reformas agrarias que
terminaron con el latifundio en Cuba.
Año a Año,
a pesar del bloqueo genocida que la
potencia yanqui impuso a la economía cubana, los indicadores sociales de la
Cuba socialista están entre los mejores de la región e incluso supera en muchos
aspectos a las sociedades europeas y a la propia norteamericana. A la caída del
bloque soviético, a Cuba le quedó resistir el “periodo especial” sin ponerse de
rodillas ante el imperialismo.
Fidel, como
gran patriota latinoamericano, acompañó y fomentó el resurgir de América Latina
con los gobiernos populares nacidos al calor de la oposición al neoliberalismo.
Hoy nos
toca honrarlo haciéndonos cargo de su legado. Seguir en la huella de la
liberación para que no nos devoren los de afuera. Como dice la trova cubana,
seguir jugando a lo perdido. Fidel ya ganó todas las partidas.
Hasta
siempre Comandante.
No hay comentarios:
Publicar un comentario