Por Juan Godoy[1]
“somos
un país colonial, un pueblo en servidumbre, una nación sometida (…) Esta es
nuestra desgracia, nuestra vergüenza argentina (…) Los hombres realmente libres
y patriotas deberemos luchar a esta altura de nuestra historia por una patria
redimida”.
(Señales. 10/7/35)
“O recuperamos la perdida Patria entregada
por la oligarquía, asegurando nuestra libertad y nuestro bienestar, es decir,
nuestro destino, o morimos en la miseria a que la explotación conduce legando a
nuestros hijos y la posteridad la indignidad de una esclavitud sin esperanzas”.
(FORJANDO. Año I, Nº 6, pp. 1)
Introducción
En los países que tienen una cuestión nacional irresuelta la
conformación de un pensamiento nacional, un pensar desde y para nuestra propia
realidad y según nuestras necesidades aparece como problemático, mientras que
en los que ya la resolvieron, ese pensamiento aparece prácticamente
naturalizado. La discusión por la cuestión nacional entonces es el tema central
de nuestra nación.
Así,
en los países semi-coloniales, es decir aquellos que tienen una independencia formal, aparente, pero una
dependencia real del imperialismo
donde la dominación se asegura principalmente por la superestructura cultural,
el papel de la prensa es fundamental como forma de hacer invisible dicha
estructura económica dependiente, y si es posible hacer que el opresor “hable
por la boca” del oprimido, que esté convencido que ese “orden de las cosas” lo
favorece, es el mejor que puede tener. No obstante, consideramos aquí que al
mismo tiempo también la prensa (no la dominante claro), puede cumplir el papel
contrario, es decir la crítica a la sumisión neocolonial.
Es en este marco desde donde
pensamos las publicaciones forjistas, considerando que las mismas se encuentran
en el segundo de los grupos. De esta forma, en el presente pretendemos dar
cuenta de las principales ideas que la
agrupación Fuerza de Orientación Radical de la Joven Argentina (en adelante
FORJA), expresa en sus publicaciones periódicas[2].
Una brevísima referencia
consideramos se hace necesaria. FORJA es una agrupación que surge en plena
década infame (Torres, 1973), ante la claudicación del radicalismo alvearista,
el fraude electoral y la entrega de la Argentina al Imperialismo Británico.
Nace precisamente un 29 de junio de 1935 en un sótano de la Ciudad de Buenos
Aires. En ella participan Arturo Jauretche, Luis Dellepiane, Scalabrini Ortíz,
Gabriel Del Mazo, Atilio García Mellid, Manuel Ortíz Pereyra, entre otros. La
misma termina desintegrándose dos meses después del 17 de octubre del 45, y el
advenimiento del peronismo, en gran medida ese acontecimiento explica la
desintegración. El forjismo da “un paso al costado” para integrarse, no en
forma orgánica, al peronismo naciente.
Ramón Doll trató sagazmente la
cuestión de la prensa en los países semi-coloniales, y es un crítico de la
articulación entre el poder económico (a veces el político también), y los
medios de comunicación. Habla en la década del 30 de éstos como el cuarto poder,
y establece que
El periodista a sueldo no tiene
opinión propia, no puede tenerla en un diario grande (…) Pero no se hable en
este aspecto del asunto de libertad de pensar y de coincidencia de ideales y
miras. Hay un patrón que manda y un empleado que obedece. Y es lo justo que el
patrón mande y el periodista obedezca. Pero no es justo que el patrón respecto
a su empleado se coloque en esta cómoda situación: en sus derechos de patrón se
afirma con una mano en todas las prerrogativas de propietario y dueño de
empresa, pero cuando se trata de los deberes y obligaciones, entonces empuña en
la otra mano la libertad intelectual. (Doll, 1939: 28)
La “libertad de
prensa” así entendida como una falacia. Pues, los periodistas, al menos los de
la “gran prensa”, tienen solamente la libertad de publicar y decir lo que el
dueño del medio para el cual trabajan quiere que digan.
Resaltamos
que muchos de los temas debatidos por los forjistas son sumamente actuales, lo
cual se explica a partir de la profundidad
de los análisis, como asimismo de la cuestión
nacional irresuelta a la cual ya hicimos referencia. Por último, también
destacamos que el material con el trabajamos: las publicaciones periódicas
forjistas son prácticamente inhallables,
tienen ciertas particularidades en sí mismas y no han tenido, salvo algunas
referencias menores, un abordaje especial por parte de la historiografía. Si la
temática general FORJA constituye un hecho
maldito de la historiografía (Godoy, 2015), peor suerte han cumplido las
publicaciones.
La construcción de una matriz de
pensamiento nacional y latinoamericana
Consideramos
que FORJA construye a través de sus publicaciones (como también de otras
intervenciones[3]) un
ideario profundamente nacional y original. Es nacional en tanto piensa la
resolución de las problemáticas nacionales a partir de la aplicación de un
criterio propio, dejando de lado la importación acrítica de ideas y conceptos
pensados para otras realidades y/o en otros tiempos. Vale la aclaración que
esto no significa la negación de ideas germinadas en otros espacios geográficos
o temporales, sino que implica la ruptura con la importación acrítica, teniendo
en cuenta que en el país semi-colonial se importan de las metrópolis tanto
productos manufacturados como ideas. Esa importación acrítica se basa en
considerar como bueno o civilizado a lo ajeno por el mero hecho de serlo, y
malo o bárbaro lo propio, también por el mero hecho de serlo. En fin, no se
trata de cerrazón frente al extranjero, sino la incorporación de esas ideas a
través de un tamiz propio y de las necesidades nacionales.
A
partir de esto decimos también que es original, pues a pesar que tiene
influencias (como cualquier movimiento político), FORJA se atreve a buscar la
propia voz, un pensamiento que no repita sino que cree categorías de análisis. Es
la ruptura con la imitación. Expresa en una de sus publicaciones:
Tenemos que liquidar toda
calcomanía extranjera en cuanto resulta instrumento de nuestro coloniaje, de
nuestra sumisión a formas de ser y de vida que no corresponden a nuestra
realidad americana, ni favorecen el desenvolvimiento autónomo de nuestras
fuerzas creadoras. (La Víspera. Año 1. N° 2, s.p.)
FORJA es la expresión de un
nacionalismo popular, entendiendo por éste la respuesta de un país oprimido
frente al avance del imperialismo, y esa respuesta es desde el pueblo, pues hay
que dejar de lado la “antojadiza
pretensión de hacer la revolución desde arriba y derivando la mira hacia el
pueblo, esta revolución se hallará a sí misma”. (FORJA. B.B. Nº 6 pp. 2)
En este punto seguimos la reflexión
teórica de Juan José Hernández Arregui (2004), quien pone de relevancia la
necesidad de diferenciar el nacionalismo de los países opresores, un
nacionalismo expansivo, del de los países oprimidos, un nacionalismo defensivo,
y dentro de este último el oligárquico del popular (teniendo en cuenta el
sector social que lo proclama). Los forjistas desde FORJANDO sintetizan su
posición nacional[4]:
El nacionalismo es, cabalmente,
apego de un pueblo a su patria, a ese conjunto de cosas materiales e
inmateriales que constituyen lo que se llama patria. Es amor a la historia, a
las tradiciones, a la tierra, a la nación, al pueblo, sobre todo, a los ideales
de justicia y libertad que perennemente están presentes en el corazón y en la
inteligencia de los argentinos. Nacionalismo es voluntad de emancipación,
decisión inquebrantable de ser una nación en plenitud de su soberanía en el
concierto de todas las naciones. Es repugnancia al vasallaje, a la esclavitud y
a la explotación. Es, en fin, querer llegar a ser una nación libre e
independiente de toda dominación extranjera. (FORJANDO, Año II, Nº 10, pp. 1)
El corpus de ideas forjista nos
permite enmarcarlo en lo que Alcira Argumedo llama “matriz de pensamiento”
nacional y latinoamericana. Se trata de un lugar epistemológico diferente al
imperante, es la discusión de las teoría emanadas desde el centro, la
construcción de un punto de partida que discuta la dependencia. Argumedo
argumenta las matrices como
Formas de re-elaboración y
sistematización conceptual de determinados modos de percibir el mundo, de
idearios y aspiraciones que tienen raigambre en procesos históricos y se
alimentan de sustratos culturales que exceden los marcos estrictamente
científicos o intelectuales (…)ese mirar desde el espacio social e histórico de
las masas populares latinoamericanas, fundamenta una filosofía y un
conocimiento que necesariamente piensa la historia y el devenir humano “también
desde la esclavitud y la servidumbre”. Un lugar epistemológico que lleva a
evaluar críticamente las corrientes ideológicas del Norte. (Argumedo, 2002: 81
y 136)
Es el abordaje de las problemáticas
nacionales a partir de un criterio propio de análisis. Esta mirada analítica no
parte de un esquema abstracto que luego intenta de aplicar a una realidad
concreta, sino más bien lo que procura es partir
de la realidad para construir las
categorías. Es el camino contrario al seguido generalmente por las
tradiciones teórico-políticas de nuestro país.
Cabe
llamar la atención asimismo que lo de FORJA no es desde ya un corpus teórico
que se pueda “encorsetar” en los marcos académicos, no es su intención, es una
agrupación política. Nosotros somos los que en nuestra reflexión y trabajo le
damos un orden a ese cúmulo de ideas que están en sus publicaciones. Asimismo
resaltamos que las categorías forjistas tienen un doble sentido: son de
análisis, y al mismo tiempo de acción política.
Al mismo tiempo y profundizando,
consideramos que se encuentra en la misma línea y es pertinente para nuestra
temática la noción de epistemología de la
periferia que vertebra Fermín Chávez, quien asevera que
La exportación de ideología desde
el centro hacia la periferia no constituye un hecho nuevo en la historia de la
humanidad. Lo que sí es un hecho nuevo es la toma de conciencia por los pueblos
periféricos del significado de la ideología que ha recibido, o sigue
recibiendo, de los sistemas centrales de poder (es necesario) formular,
orgánica y metódicamente, una redefinición de conceptos referentes a todo
nuestro proceso cultural en función de autoconciencia y liberación (…) todo lo
dicho apunta a fundamentar la necesidad de una aproximación conceptual en torno
a un nuevo eje cultural que no sea la ideología de la dependencia, en sus
distintos matices, puesto que hoy el sistema central de poder exporta hacia la
periferia no un ingrediente único (…) Desentrañar las ideologías de los
sistemas centrales, en cuanto ellas representan fuerzas e instrumentos de
dominación, es una de las tareas primordiales de los trabajadores de la cultura
en las regiones de la periferia. Pero la realización cabal de esta tarea
presupone, a su vez la construcción de un instrumento adecuado; necesitamos
pues, de una nueva ciencia del pensar, esto es, una epistemología propia.
(Chávez, 2012 -1977-: 35, 39, 41 y 168)
Los títulos y subtítulos de las
publicaciones marcan la tónica de las mismas, y muestran desde qué lugar se
posicionan en el sentido que lo venimos enunciando. Un repaso rápido por
algunos de ellos resulta significativo: “orientación nacional”, “Argentinidad”,
“le habla al pueblo en su idioma”, “Pan, Patria y Poder al Pueblo”, “sentir,
pensar y obrar como argentinos”, etc. Estos son nombres que refieren a “lo
nacional”, y a la cuestión popular. Asimismo hace referencia a la sencillez del
lenguaje.
Un ideario nacional para el país
semi-colonial
Los jóvenes forjistas van a
diagramar un conjunto de estrategias para comunicar sus ideas. Fundamental y
centralmente les interesa poner de relevancia que la Argentina constituye un país
dependiente de Gran Bretaña, y a partir de ese punto la necesidad de establecer
una posición nacional-latinoamericana.
En ese conjunto de estrategias que piensan aparecen los discursos, cuadernos de
formación, volantes, y también se enmarcan las publicaciones.
La
idea es pensada por Arturo Jauretche. Así, éstas son una forma más de difundir
su ideario. Actúan como un vehículo para llegar a rincones alejados del país,
al mismo tiempo que mantener, sobre todo a partir del crecimiento de la
agrupación una coherencia ideológica, es decir le son útiles también para
“bajar” su línea programática hacia las filiales que se van fundando en el
interior argentino, sobre todo a partir del año 1940 cuando la agrupación tiene
un crecimiento importante.
Del desarrollo que venimos haciendo
se desprende que FORJA construye un ideario desde y para un país semi-colonial.
FORJA parte de la idea que nuestro país solo tiene una independencia formal, es
desde ahí que realiza sus análisis, y como decíamos esa perspectiva analítica
pretende ser vehículo para la acción política. El forjismo a través de sus
denuncias quiere conmover, pretende movilizar los espíritus en una década de
fuerte ignominia y desazón de las mayorías populares FORJA quiere ser una voz
de reivindicación de las tradiciones de lucha del pueblo argentino, de ruptura
con la autodenigración de lo nacional, de autoafirmación de lo propio, de la
conciencia nacional mancillada.
Es por esto último que el forjismo
le da mucha importancia en sus publicaciones a las frases cortas y punzantes,
las cifras, las letras mayúsculas, los signos de exclamación, etc. Son recursos
que utilizan para generar participación. Esta “forma” que utiliza el forjismo
es epigramática. La frase, la consigna, esa palabra en mayúsculas sirve como
“puerta de ingreso” a una nota, al desarrollo de una idea. Así, las
publicaciones de FORJA se encuentran a “medio camino” entre el volante que
mayormente es la frase, y a veces el desarrollo corto de una idea por una
cuestión de espacio, y los cuadernos o conferencias que tienen un contenido más
profundo, más denso y complejo para la comprensión. Demanda otro tiempo.
Asimismo, las publicaciones tratan por un lado el “tema del día”, van
“marcándole el pulso” a los diferentes gobiernos de la década del 30, y por el
otro tratan algunas temáticas más profundas, estructurales, de análisis de la
realidad de nuestro país.
Como decíamos al comienzo, nosotros
aquí buscamos ordenar y categorizar
ese conjunto de ideas de modo de lograr analizar y dar cuenta profundamente del
mismo. En este sentido consideramos como ideario al conjunto de aportes
teóricos y conceptos económicos, culturales y políticos que los miembros de
FORJA construyen y transmiten en sus obras, exposiciones públicas y publicaciones
periódicas. Nosotros hacemos énfasis en estas últimas. A partir de esta
definición dividimos el ideario en los aspectos político, económico, y
cultural. Resaltamos que esas categorías no son mutuamente excluyentes, sino
que se entrelazan.
- El ideario desde lo político
El tema central analizado por el
forjismo es el accionar del imperialismo británico que somete a nuestro país a
la condición dependiente. FORJA considera que nuestro país una vez que obtuvo
la emancipación política a principios del siglo XIX, no logró avanzar en la
emancipación económica de las garras que comenzaban a atrapar al país y reducir
su independencia a una mera formalidad. Así de la posibilidad de encarar una
política realmente soberana se pasó a una dependencia ahora de Gran Bretaña.
Esta denuncia lo lleva a decir a Hernández Arregui (2004b) que FORJA es la
primera denuncia sistemática, profunda y articulada del imperialismo británico
en la Argentina[5]. Aníbal
Ford en el mismo sentido profundiza diciendo que FORJA “será la primera denuncia orgánica y sin concesiones de la
subordinación de la Argentina a los intereses del imperialismo en una
perspectiva que comienza a dejar atrás las formas del nacionalismo burgués o
romántico”. (Ford, 1971)
Esta es la base de todos los
análisis de la agrupación. De ahí que FORJA considere la necesidad principal de
romper con esta dependencia. Es que esta situación no nos deja ser plenamente
una nación, lo impide. Siendo un país dependiente no puede haber soberanía
política, ni cultural. Así, los muchachos de FORJA piden por la emancipación integral de la nación. El
del forjismo es un pensamiento profundo, que no deja lugar a “medias tintas”,
por ello hace este llamado a la ruptura total con el imperialismo.
FORJA, como decíamos es una
manifestación original que si bien tiene influencias (como toda vertiente
política), de otras ideologías, se preocupa por crear categorías propias de
análisis y acción política. Así, como punto de partida el forjismo expresa en
sus publicaciones la noción de una posición
nacional-latinoamericana. Con esta noción los forjistas quieren significar
la necesidad de encontrar puntos de coincidencia para la construcción política.
Esa posición busca hacer confluir a
todos los sectores políticos enfrentados en mayor o menor medida a la
oligarquía y al imperialismo. Piensan en la unidad vertical de todos los
sectores bajo esa premisa. No obstante, cabe llamar la atención que no es una
mera sumatoria de voluntades, sino que es la confluencia para fines
trascendentes y objetivos nacionales. Esta creación forjista no es teórica,
sino fundamentalmente política. FORJA considera que esos dos actores políticos:
interno y externo impiden el libre desenvolvimiento de la nación como tal. Por
este motivo es necesario romper definitivamente con ambos para avanzar en la
emancipación nacional.
Desde
una de las publicaciones forjistas Arturo Jauretche hace referencia a esta
posición o voluntad nacional:
El país necesita eso; una
política nacional. Pero eso no puede ser obra de un gobierno, sea éste civil o
militar. Habrá, tal vez, medidas de gobierno con carácter nacional, pero no una
política constructiva con posibilidades integralmente emancipadoras, si ella no
surge de un estado de opinión, apasionado y combatiente, más fuerte que cualquier
interés creado y con perdurabilidad suficiente para sobrevivir a los
resquebrajamientos que la empresa ocasione en el actual esquema del país (…)
ese estado de opinión es lo que en FORJA llamamos voluntad nacional, que es
cosa distinta a la simple y ocasional suma de voluntades que se da en
oportunidades electorales como mayoría. Y no puede construirse nada desde
arriba sino trabajando en el seno del pueblo. (FORJA. B.B. Nº 3 pp. 2)
Esta construcción política del
forjismo ponemos de relevancia no parte
“desde arriba”, sino que lo hace desde
“el seno del pueblo”. Es una construcción política que considera al pueblo como creador, por lo cual la
construcción es conjuntamente con el mismo. El mismo aparece en su ideario como
la “pulpa y el latido de toda gesta
emancipadora”. (Argentinidad. Nº 1, contratapa) Es por eso que “FORJA avanza en la comprensión del pueblo.
Es la comprensión de sí mismo la que éste hace comprendiendo a FORJA”.
(Argentinidad. Nº 2, pp. 1) El forjismo no fija caminos que se ubiquen por
fuera de la capacidad de creación de los sectores populares. Desde la
publicación “FORJA, Bahía Blanca” afirman la tarea de
Ir al pueblo, procurando su
organización en grandes núcleos definidores del sentimiento colectivo,
desalojando a aquellos que se han colocado a su amparo aprovechadamente (…)
Todo historia viene de abajo, de los estratos populares; como lo demuestra la
historia nacional que ha sido escenario de cruentas luchas por la integración
de la patria lograda solamente una vez que se protagonizó en ella al pueblo.
Pretender obrar en sentido contrario será perder la perspectiva trascendente
que señala el momento, anulando cualquier esfuerzo o retardando sin objeto las
manifestaciones útiles de los que no se animan a colaborar en la obra magna de
la construcción propia, por considerar desvirtuada su labor. (FORJA. B.B. Nº 6
pp. 1)
Vale
resaltar en este punto el nacionalismo popular que sostiene FORJA según lo
indicamos anteriormente. La cuestión reside en que para el forjismo la nación es el pueblo, son inescindibles.
La visión
forjista es la de un país ajeno a la lógica de la oligarquía portuaria. Busca
mirar los problemas del país profundo.
Hay en FORJA una fuerte reivindicación del papel de las masas en la historia. La cuestión
nacional viene de la mano con la social.
Las dos vertientes en las que el forjismo pretende encarar la lucha. Por eso
además de dar cuenta profundamente acerca de la dependencia, avanza en el
planteo de la cuestión social. Así en Reconquista articula estas cuestiones y
se pregunta: “¿paludismo, raquitismo,
tuberculosis? Sí. Pero por sobre todo eso, y por debajo y a los costados, esa
verdad cruda. Un pueblo mal alimentado”. (Reconquista, N° 5: 4) Y continúa
más adelante profundizando: “destruida en
las provincias la vieja industria local por la competencia de la mercadería
importada (milagros de la tarifa parabólica), rota la economía familiar y
sustituida por una mercantil que no deja medios de compra en manos del
trabajador”. (Ibídem)
Critica así también el librecambismo
instaurado como “política científica” por el liberalismo argentino para
construir el “país granja” de Su
Majestad el Reino Unido. El país pequeño que sólo se dedica a la producción de
materias primas y la importación de los productos elaborados. La Patria para
unas pocas familias que se dan una vida de lujos y placeres, y dejan solo las
migajas a las mayorías populares.
- El ideario desde lo económico
FORJA a través
de sus denuncias acerca de la penetración británica en nuestra economía va
demostrando que la estructura económica de nuestro país fue montada por el
imperialismo británico en alianza con la oligarquía porteña (únicos dos
beneficiados de este modelo económico). En ese marco, se estructura el país de
“cara al Atlántico”, de modo que las riquezas producidas en estas tierras van a
ser expoliadas por el imperialismo.
Así en las denuncias de los
forjistas en las publicaciones aparece el Banco Central Mixto, el Instituto
Movilizador de Inversiones Bancarias, la Corporación de transportes, los frigoríficos,
ferrocarriles, etc. como parte de esta penetración, pues todos se encuentran en
manos de Gran Bretaña, y responden a su interés más que al nacional. Desde las
páginas de Reconquista enjuician la situación:
Todos los órganos de la economía
argentina obedecían a directivas extranjeras, sobre todo inglesas. Ingleses
eran los ferrocarriles, que son las arterias y las venas del cuerpo nacional.
Ingleses eran los monopolios del comercio de granos. Ingleses, en su mayor
parte, los frigoríficos que trustifican el comercio de carnes. Inglesas las
grandes tiendas que sobrevinieron al sistemático de las grandes tiendas
criollas. Ingleses, los principales aparentes compradores internacionales.
Ingleses los importadores. Ingleses, disfrazados con las banderas de naciones
pequeñas, las compañías de luz y fuerza. Inglesas las compañías de tranvías y
muchas de las empresas de salubridad. Ingleses son los más grandes terratenientes
de los que nadie habla. (Reconquista, Nº 1: 6)
Nuestro país produce enormes cantidades
de riqueza, pero fruto de su estructura económica dependiente drenan al
extranjero. La pluma incisiva de Scalabrini Ortíz refiere a la cuestión:
Se ha repetido constantemente que
la Argentina es un país rico; lo es, objetivamente, si se atiende a la suma de
productos que envía al extranjero –exportación- o a la suntuosidad con que
viven poquísimos privilegiados, pero no es una nación rica y fuerte si se
atiende a sus valores económicos permanentes. (Señales. Año 1, N° 3. Rep. En
Scalabrini Ortíz, 2001: 195)
En otro número de la publicación
proto-forjista Señales también hace referencia a la misma temática:
La riqueza en tanto capacidad de
acción, poder, independencia y aun espíritu, no es riqueza de estas tierras. Es
riqueza particular de los capitalistas extranjeros, así como el valor
económico, político o social de las cosechas son del propietario y no del peón
que las sembró, cuidó y cosechó. (Señales. 8/5/35. Rep. En Galasso, 2008)
En esta estructura dependiente que
denuncia la agrupación aparecen dos componentes reiteradamente en las
publicaciones: el papel cumplido por los ferrocarriles
y el endeudamiento externo.
En relación al primero el que se
ocupa principalmente de la temática es Raúl Scalabrini Ortíz. La idea que
establece es que los ferrocarriles fueron trazados bajo el influjo de Gran
Bretaña. Esa influencia hizo que se trazaran en forma de abanico hacia el
puerto de Buenos Aires. Ferrocarriles funcionales al país semi-colonial,
dependiente y agroexportador. Los trenes bajan con materias primas y vuelven a
las provincias con los productos manufacturados que arruinan la economía
provincial. Al mismo tiempo, los ferrocarriles utilizan como arma principal la
tarifa que va a elevarse o bajarse de acuerdo a la conveniencia británica. De
esta forma, sirven para mantener a nuestra nación en el primitivismo
agropecuario.
El ferrocarril es el enemigo de
la prosperidad argentina (…) Los ferrocarriles constituyen la llave fundamental
de una nación (…) Es imposible concebir una unidad orgánica cuyas vías de
comunicación pertenezcan al extranjero, así como es imposible concebir un ser
cuyos movimientos arteriales sean regulados por una voluntad ajena. Esto es,
sin embargo, lo que ocurre en la Argentina y por eso la Argentina es una nación
ficticia, una nación nominal. Gozamos apariencia de nación hasta donde esa
apariencia no perjudica los intereses de Inglaterra (…) Tenemos un escudo, una
bandera y hasta una Constitución, pero nuestra voluntad política, nuestra
conducta financiera, nuestra organización social, nuestra ruta económica y
hasta la interpretación de nuestra historia nos es dictada solapadamente desde
Londres. (Señales 23/10/35. Rep. Galasso, 2008: 198)
El ferrocarril entonces actúa, sobre
todo a partir de la política de tarifas, haciendo florecer una región o
impidiéndola. De esta forma, los británicos apuntan a invertir en lo que haga
de la Argentina un país dependiente. La inversión imperialista no es aislada,
sino que se dirige a montar una estructura de expoliación.
Por último en este apartado en
relación a lo económico vamos a observar el lugar que los forjistas le dan al endeudamiento externo. La agrupación
hace un análisis histórico del mismo, desde sus comienzos en 1824 bajo la
injerencia de Bernardino Rivadavia, el préstamo con la Casa Baring Brothers,
hasta el momento donde escriben. Esta temática, al igual que la de los
ferrocarriles, la estudia sobre todo Raúl Scalabrini Ortíz. El empréstito
Baring por 1 millón de libras esterlinas: “no
fue más que un empréstito de desbloqueo, un modo de transportar en forma
permanente las ganancias logradas por los comerciantes ingleses en las orillas
del Río de la Plata”. (Reconquista, N° 2: 20) Y avanza en el planteo:
El único resultado visible y
comprobable del empréstito fue el detener el desarrollo de los pueblos, que es
posiblemente el objetivo primordial de la Diplomacia inglesa: detener el
progreso de los pueblos, por lo menos mientras ese progreso no esté bajo
control británico y sirve a la grandeza imperial. (Reconquista, N° 5: 16)
Lo que le interesa demostrar a los
forjistas son algunas cuestiones. Por un lado, demostrar que lo que se nos
presenta como un empréstito extranjero en realidad es riqueza argentina capitalizada por Gran Bretaña. Por otro lado,
pone de relevancia lo que consideran como una “trampa”: el endeudamiento por
parte de los países centrales a los periféricos no es para el desarrollo de los
primeros, sino que actúa como un mecanismo
de encadenamiento.
Como pudimos observar el ideario
nacional de FORJA en el aspecto económico considera la urgente necesidad de romper la relación dependiente con el
imperialismo. El forjismo no cree en soluciones parciales. Hacer una
emancipación integral para tener independencia económica, y soberanía política
y cultural es la tarea primordial.
- El ideario desde lo cultural
FORJA toma como
punto de partida que a la estructura económica dependiente le corresponde una
cultural que hace invisible o justifica aquella. Así, en los países
semi-coloniales la dominación se asegura principalmente por la colonización pedagógica. Las dos se
apuntalan mutuamente. Al mismo tiempo la colonización pedagógica impide el
desarrollo de una conciencia nacional, haciendo posible o más sencillo el
saqueo. Los forjistas lo expresan en Argentinidad:
Reducida la Argentina a condición
colonial en lo económico, también lo está en lo cultural. Universidad, prensa,
literatura de propaganda profusamente distribuida, hacen que muchos argentinos
se ubiquen al margen de los verdaderos y permanentes intereses del pueblo y
sigan los vaivenes de la política internacional del país (…) nefastas para la
liberación de la América oprimida. (Argentinidad. Nº 2, pp. 1)
Se hacen presentes así los aparatos
de colonización pedagógica, desde la escuela, la universidad, hasta la radio y
los periódicos. Esos instrumentos responden principalmente (aunque no
únicamente[6]),
al interés de la oligarquía.
Como
resultado de esta colonización pedagógica, y de la no conformación de una cultura nacional aparece la imitación,
la importación acrítica de ideas. García Mellid afirma que: “cuantos se sometieron al patrón de las
teorías foráneas, cuentan con estatuas y son exaltados como modelos”. (La
Víspera. Año 1. N° 2, s.p.) Los aparatos culturales ocultan o tergiversan a los
que defendieron la Patria, y valora positivamente los que la entregaron.
Es
por esto que FORJA reclama una pedagogía de lo nacional, una pedagogía de la tierra dicen.
Tenemos que liquidar toda
calcomanía extranjera en cuanto resulta instrumento de nuestro coloniaje, de
nuestra sumisión a formas de ser y de vida que no corresponden a nuestra
realidad americana, ni favorecen el desenvolvimiento autónomo de nuestras
fuerzas creadoras. (La Víspera. Año 1. N° 2, s.p.)
La agrupación aborda la colonización
pedagógica desde múltiples aristas. Le interesa ayudar a la conformación de una
conciencia nacional y lo hace a través de una tarea enorme de descolonización pedagógica.
Reflexiones finales
La
prensa forjista le permite a la agrupación tener una doble influencia: por un
lado, influye por lo bajo, es decir, su ideario va penetrando en el sustrato
social profundo, de modo de lograr cierta aceptación y difusión en varios
sectores de la sociedad argentina; y por arriba, en tanto la relación con
sectores influyentes de la política, ya sean políticos, militares,
sindicalistas, etc. Esa doble influencia, además de mantener la coherencia y la
unidad ideológica de la agrupación a partir de su crecimiento, es exitosa.
FORJA
pone en cuestión cierta perspectiva académica que niega la tradición nacional
de pensamiento. Así contribuye a la creación de un pensamiento FORJA construyó a través de sus
publicaciones las bases de un pensamiento:
- Nacional-latinoamericano, ya que avanza
en la creación de una posición
nacional-latinoamericana, que apunta a conformar un frente nacional que se
enfrente a la oligarquía y el imperialismo. El forjismo rechaza el tutelaje de
las potencias, el panamericanismo, pretende crear una unidad latinoamericana
despojada de éstas.
-Anti-imperialista ya que considera que
una vez lograda la independencia política no se avanzó con la económica. Nos
convertimos en una semi-colonia británica. Romper esta dependencia para poder
ser realmente soberanos es el núcleo de su pensamiento. la elite pactó con Gran
Bretaña convertirnos en un país dependiente. El imperialismo impide el
desarrollo y saque la economía nacional.
- Democrático en tanto lucha por el voto
popular, pero es más profundo, por ejemplo porque también plantea la necesidad
de la posesión por parte de la nación los recursos naturales.
- De contenido popular dado que busca
trabajar en el seno del pueblo. Este aparece como la fuente desde donde
construye. Esta construcción es conjunta.
Al fin y al cabo
FORJA pretende ser un instrumento más para la creación de una voz propia. Hay
una fuerte reivindicación de la cultura nacional. Llama a romper con la
pedagogía de la imitación. Es una manifestación de los nacionalismos populares
latinoamericanos. Y justamente el triunfo de un nacionalismo popular: el peronismo, es en parte el triunfo de
las ideas forjistas aunque en otro molde.
Bibliografía
-
AA.VV.
(2006). FORJA, 70 años de pensamiento nacional. Tres volúmenes. Buenos Aires:
Corporación Buenos Aires Sur.
-
Argumedo,
Alcira. (2002). Los silencios y las voces
en América Latina. Buenos Aires: Colihue.
-
Chávez,
Fermín. (2012). La conciencia nacional. Historia de su eclipse y recuperación.
En Jaramillo, Ana. (Comp.). Epistemología
para la periferia. Buenos Aires: Edunla.
-
Cuadernos de
Fuerza de orientación radical de la joven argentina (FORJA). Re-edición facsimilar.
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Archivos
Publicaciones
periódicas forjistas
-
Argentinidad
(Buenos Aires)
-
Argentinidad
(Gualeguaychú)
-
Comentarios
Forjistas (Buenos Aires)
-
El
Mentor (Buenos Aires – no dependía directamente de FORJA, pero escriben varios
forjistas)
-
FORJA
(Bahía Blanca)
-
FORJA.
Boletín de la Fuerza Radical de la Joven Argentina (Buenos Aires)
-
FORJANDO.
Publicación de la agrupación forjista de Rojas (Rojas)
-
FORJANDO.
La voz forjista de Lincoln (Lincoln)
-
La
Gota de Agua. Semanario de orientación nacional (Buenos Aires)
-
La
Víspera. Semanario de orientación nacional (Mar del Plata)
-
Reconquista
(Buenos Aires. No dependía directamente de la agrupación pero la orienta
Scalabrini)
-
Señales
(económicas, financieras y sociales). Luego llamado Señales, le habla al pueblo
en su propio idioma (no dependía de FORJA, pero como veremos, está
estrechamente vinculada a la agrupación y a su surgimiento)
-
Señales
Argentinas (Mar del Plata)
[1] El autor
es Mg. en Metodología de la Investigación Científica (UNLa). Especialista en
Metodología de la Investigación Científica (UNLa). Lic. en Sociología (UBA).
Prof. en Sociología (UBA). Docente Universitario. Publicada originalmente en
Revista Perspectivas Metodológicas. Vol 2, Nº 18. Año 2016
[2] Consideramos publicaciones
periódicas forjistas a dos grupos: las que tienen relación directa con la
agrupación, es decir son órganos oficiales de la misma; y por otro lado, las
que sin tener ese vínculo directo tienen una estrecha relación con la
organización, escriben varios forjistas, y
aparecen expresadas cabalmente sus ideas (en este caso, tomamos solamente los escritos realizados por los
forjistas). No tomamos como publicaciones periódicas a los ya míticos 13
cuadernos de FORJA por dos cuestiones: una que esos cuadernos tienen
características particulares que los diferencias de las demás publicaciones, en
tanto aquellos están pensados mayormente para la formación, son de lectura más
densa, tienen un autor por tema y cuaderno; y en segundo lugar, porque los cuadernos
los tratamos más profundamente en otro trabajo (Godoy, 2015), y quien quiera
puede remitirse al mismo. En fin las publicaciones periódicas que tomamos como
forjistas aquí contabilizan un total de trece, las mismas son nuestro objeto de
estudio y aparecen detalladas a continuación en la bibliografía.
[3] Además de los cuadernos ya
mencionados los forjistas intervienen a partir de actos político-callejeros,
conferencias en su sótano, la distribución de volantes, el establecimiento de
relaciones políticas, etc.
[4] Los integrantes de FORJA,
utilizan reiteradamente para diferenciarse del nacionalismo oligárquico la
expresión posición nacional.
[5] Recordemos que Manuel Ugarte (y
también la Generación del 900), gran anti-imperialista y latinoamericanista, se
dedicó a fustigar principalmente al imperialismo yanqui, que no era el que
realmente tenía injerencia en nuestro país. Véase: Galasso, 2001.
[6] Al interior de cada aparato de
colonización pedagógica hay lucha, así no tienen una sola forma de actuar.
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